Le felicito por la creación del verbo “vicentear”. Demuestra que la lengua es dinámica. También lo remarque en una red social donde “comen” Fanta.
En relación a adicción es bien conocido que hasta después de la II Guerra Mundial, Coca Cola contenía lo que su nombre anuncia, o sea cocaína. De todas formas, el humano es un animal de costumbres e repite todo lo que le causa placer o satisfacción, o sea que es una profecía que se cumple ya con solo expresando nuestro interés.
El aspecto que la información frena malos hábitos presupone un relativamente alto nivel de educación. En muchas partes este nivel de educación no se ha logrado por lo que suministrar la información no logra frenar el mal uso por parte de los humanos de materias nocivas, sino como es que aun crece el consumo de drogas si la persona bien informada sabe que tiene efectos muy perniciosos ya que atrofia el cerebro.
También quiero resaltar que casi todos los sistemas educativos, principalmente hasta los 18 años contienen como materia obligatoria la educación física. Para mí personalmente fue una de las materias más problemáticas. Pero en México no se provee la educación física y se ignora la gran sabiduría de la época clásica – mens sana en corpore sano.
Además, como todo en esta vida los conocimientos también avanzan y solo recientemente se ha descubierto que hay propensidad genética a engordar o realmente mejor eficiencia en el aparato digestivo para absorber carbohidratos, proteínas y demás componentes. Por ello, poner simplemente en las bolsas de comida chatarra las calorías que esa bolsa contiene, es una solución muy precaria para prevenir la catástrofe que implica la proliferación masiva de la diabetes en México. Hace falta nueva nutrición, nueva salud pública, nueva actividad física, nueva motivación, o sea todo un conjunto de medidas preventivas si no se quiere correr el gran gasto de pagar por una enfermedad que dura toda una vida. Hoy ya hay niños de 6 a 8 años que tienen esta enfermedad por el resto de sus vidas.
En relación a los acuerdos que en su día hiciera la Secretaria de Educación con empresas de bebidas de refrescos, solamente es de esperar que aprovecho financieramente el esquema de mercadeo de estas empresas, como la de muchas otras. A finales del siglo 19 el Sr. Rockefeller regalaba lámparas a los chinos para que compraran su petróleo. Esto es un esquema bien adaptado al mundo del consumo. Gillette regalaba sus aparatos para que se compraran sus hojas de afeitar, e incluso las televisoras regalan sus programas para que miremos sus anuncios. Esto forma parte del sistema del mercadeo. Incluso tarjetas de crédito pagan para que otros usen sus servicios de infra-estructura – cobro y procesamiento – a universidades y clubs para tener grupos exclusivos de usuarios.
Yo sé que una escuela de unos 2000 alumnos puede sacarle a un fabricante de refrescos US $ 50 000 por 10 años de máquinas vendedoras en su recinto. ¿ Cuánto vale el sistema educativo con millones de alumnos y 100’s de miles de recintos? O pongámoslo en entorno un poco más transparente: las corporaciones de comida rápida obtienen millones de ganancias a través de esas exclusivas - pero no la franquicia individual, ya que tiene que aprovisionarse de suministrador de la cadena.
Nada nuevo bajo el sol.
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